«Trasto» apura sus últimas carreras y entradas al agua, para recoger la pelota que le lanza Germán Mateos. Casi con esa sensación de final de verano, de apurar ese último chapuzón. Mientras algunos rayos de sol se cuelan en la mañana del sábado, ambos agotan una rutina que tendrán que aplazar unos meses. «Es una pena que no podamos volver aquí hasta octubre», señala Mateos. «El agua le viene muy bien, le gusta mucho, debería replantearse que los animales puedan entrar en la playa durante algún momento del día o dejarles alguna zona», propone.

El último fin de semana de abril marca la despedida de las mascotas de la playa de San Lorenzo, a donde no podrán regresar hasta octubre. La temporada de baños, que se inicia el jueves, día 1 de mayo, hace que se tengan que ceñir solo a la zona del Rinconín. «El problema es que esa playa, que está habilitada todo el año, es de piedras. Allí es nada más para bañarse, no pueden correr ni jugar», lamentan Cris Fernández y Sara Guinaldo, mientras observan como saltan y hasta se enzarzan a modo de juego «Thor» y «Oddy». «Es que está comprobado, en los praos no juegan tanto. Aquí en la playa lo pasan genial», prosiguen. «Deberían facilitar unas horas para seguir viniendo al menos en mayo. A partir de las siete no es como en pleno verano, no vienen casi días buenos y de tanto calor como para esta bañándose la gente o tomando el sol», argumentan.