Fin de la huida para el padre gijonés acusado de violar a sus dos hijas. El varón ha sido capturado en la mañana del martes en Gijón después de desaparecer el pasado 12 de mayo tras no presentarse en la Sección octava de Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, para responder por las acusaciones de agresión contra su hija mayor.
El gijonés, que ya contaba con una condena previa de 25 años, huyó en un vehículo Citroen modelo Xara que fue localizado dos días después en los acantilados de Santiuste, en Llanes. Su ausencia en el juicio y la posterior denuncia de desaparición ante la Policía Nacional de un familiar cercano puso en marcha el dispositivo para dar con él. La investigación pasó a manos de la Guardia Civil que tras seis días de búsqueda no logró dar con el fugitivo.
Desde un principio se barajó que hubiera simulado su suicidio, descartándolo en la investigación posterior en la que se analizaron las actividades de las personas de su entorno durante sus últimas horas, su domicilio, las cuentas bancarias, relaciones familiares, amistad y laborales, perfiles de redes sociales, etc. También se tomó manifestación a las personas que se relacionaron con el desaparecido, así como se emplearon diversos medios de investigación.
Todo esto llevó a que en la mañana del martes fuera detenido en Gijón. Tras la confección de las correspondientes diligencias policiales, ha pasado a disposición del Juzgado de Instrucción de Guardia de dicha ciudad.
Dos juicios y una condena
El padre gijonés acusado de violar a sus dos hijas, ya tenía una condena de 25 años por violar de forma reiterada a su hija pequeña. El pasado 12 de mayo no se presentó al segundo de los juicios en el que se juzgaba las presuntas agresiones sexuales que cometió sobre su hija mayor desde que esta tenía ocho años y hasta que cumplió los trece.
Por este caso le reclamaba la Fiscalía una pena de cárcel de 12 años de cárcel por un delito de agresión sexual a una menor de 16 años, mientras que la acusación particular le pedía 15. De darse este segundo supuesto, acumularía una condena de 40 años, la más alta que se puede llegar a tener en España.
Según pudo saber este periódico, el hombre llevaba los dos días previos al juicio sin dar señales de vida. Las agresiones sexuales que se esperaban juzgar ese día ocurrieron cronológicamente primero, pero se descubrieron después. Se tuvo conocimiento de ellas a raíz de la denuncia que se interpuso por los abusos sexuales cometidos sobre la hija de seis años, es decir, los abusos que ya han sido juzgados y probados.