La rehabilitación del poblado de Inuesa se ha tornado en una "pesadilla" para los vecinos de esta zona de Lloreda, en Tremañes. Los primeros bloques rehabilitados dentro del plan de barrios degradados vienen desde años sufriendo humedades e inundaciones en los espacios comunes, lo que no solo tiene desesperados a los propietarios, sino que les ha obligado a asumir unos gastos que, defienden, no les corresponde. "Todos estos problemas empezaron a verse ya el primer invierno, no es algo que surgiese con los años. Está todo metido por registro y reflejado queda en que en la segunda fase hicieron algunos cambios porque ya sabían que se producían inundaciones", explican.

Las viviendas sufren problemas "gordos" de filtraciones, que provocan humedades constantes en los portales y el acceso a los trasteros. En épocas de intensas lluvias los ascensores de varios bloques se inundan y quedan inutilizados, y en algunos casos el estropicio ha llegado a ser tal que la comunidad ha tenido que pagar más de tres mil euros por su reparación. En otros, "hicieron las bajadas nuevas del agua y en tres portales reventaron las tuberías, hubo que hacer obras". "Cometimos el mal error de aceptar las obras sin mandar a nadie a que viniese a comprobar su estado y ahora lo estamos pagando", lamentan los afectados, que consideran la rehabilitación "un atraco a mano armada".