Donald Trump, aferrado al cargo, no acepta su derrota. Desde la Casa Blanca despliega su maquinaria y saca a la palestra a los suyos para reclamar. "Queremos un recuento honesto, preciso y legal", asegura su secretaria de prensa. La presidenta del Comité Nacional Republicano insiste "hay mucho que rastrear". Mientras, el fiscal general del Estado William Barr autoriza a los fiscales federales de todo el país investigar acusaciones sustanciales, recalca, de irregularidades. Aunque hay -subraya- poca evidencia de fraude.