Dos policías la retienen agarrándola de las muñecas, cae a un suelo cubierto de nieve y llorando llama a su padre. Sólo tiene nueve años y con la cabeza contra el suelo, pide que paren. Acaban esposándola y su desesperación van en aumento cuando la llevan hasta el coche patrulla. La menor se resiste pero los agentes la introducen en el vehículo a la fuerza. A la detención se unen varias patrullas más.