Es la imagen de la desesperación, interminable hilera de mujeres y niños caminando en medio de la noche, sin apenas pertenencias, buscando una frontera segura.

Otros tienen más suerte, han llegado a Polonia en autobús, muchas mujeres con niños en brazos, no pueden disimular cierto alivio. Aquí hay medicinas, comida y hasta un peluche para los pequeños.

A este país ya han entrado más de 700.000 del millón y medio de personas que la ONU estima que han abandonado Ucrania, huyendo de la guerra. En un centro comercial o en módulos levantados con premura se acoge a toda una avalancha humana que escapa de los bombardeos. Una fundación española, Juntos por la Vida, trabaja aquí para trasladar a estas familias a Valencia.

La ciudad ucraniana de Leópolis, a solo a 70 kilómetros de la frontera con Polonia, es la puerta hacia la salvación. Llegar a esta estación, donde a veces hay que esperar durante días, y coger uno de sus trenes es empezar a dejar atrás la guerra... y afrontar el camino del exilio.