Comer en Casa Luis, en Ferroñes, es hacerlo en uno de los templos de los callos de Asturias. El afamado local de Llanera cerró ayer esta temporada (abren desde octubre hasta el Domingo de Ramos cada año) con el comedor, como siempre, lleno. Y de caras conocidas. Porque como suelen decir los responsables del establecimiento, la clientela es tan fiel que "la gente que viene a comer es como familia, nos conocemos de años y años". Eso se notó en el buen ambiente del que fue el último servicio de 2025, a partir de las dos de la tarde, tras el que hubo una pequeña fiesta para despedirse hasta la apertura del próximo octubre.

La celebración fue especial y entrañable por muchos motivos. Por simbolizar el punto y final a una temporada en la que se han servido nada menos que unas cuatro toneladas de callos (y otras tantas de patatas fritas para acompañar) y porque se trata de un pequeño homenaje que hacen para "esta gran familia" clientes que, en algunos casos, ya venían de pequeños con sus abuelos o padres a Casa Luis y lo siguen haciendo ahora, de adultos. Es el caso de Sergio Fernández Alonso, profesor universitario y presidente de la Sociedad Oviedo Mágico, que deleitó a los presentes con un espectáculo de magia tras los postres que dejó boquiabierto al público. Hubo también música por parte de músicos profesionales que son clientes habituales del establecimiento.