El participante más joven es Lucas García, acompañado por su padre Daniel, ambos de Posada y, aunque no son ganaderos, disfrutan del día llenos de entusiasmo porque "fui ganadero de pequeño y al niño le encantan las vacas ". Varios de los más pequeños acompañan a un grupo de tres terneras, mientras otros como Matías Ochoa debutaban con un poco de recelo. "Me pisó dos veces la ternera y me hizo daño, pero bueno, saldré con ella", indica el pequemanejador, de 7 años y natural de Venezuela. Lleva apenas dos años viviendo en Posada y decidió participar en el desfile porque "me gustan los animales".
Ellos son la cantera de una profesión necesitada de relevo, y que tiene en jóvenes como Belén López, ganadera de Posada que lleva varios años en la profesión por pura vocación. "Es importante que los niños tengan estas oportunidades para conocer lo que es la ganadería y las vacas, tenemos que continuar la tradición ", sostiene mientras peina la cola a su ternera, procedente como el resto de las reses de los pequemanejadores de una ganadería de Las Regueras.