Soñando con que nos toque uno de esos premios apuramos hasta el último minuto y probamos suerte con ese número que nos da el pálpito de que saldrá, con esos últimos décimos de la fortuna. Por eso siguen las colas en las administraciones que más suerte reparten y sobre todo en las que repartieron premios el año pasado como en Basauri, Atocha en Madrid o en Las Palmas.