La violencia, instalada en el centro de Madrid. Grupos muy violentos desataban toda su agresividad contra la Policía Nacional. Vemos escenas donde se acorrala a un grupo de Policías y donde apalean a uno de ellos con todo lo que encuentran, con una sombrilla robada una terraza, incluso acaban lanzando un patinete eléctrico a ese mismo agente que yace en el suelo. Se repitieron los lanzamientos de piedras de adoquines directos a las cabezas de los agentes, la quema de cualquier cosa susceptible de prender fuego y las posteriores cargas. Y el resultado de una noche de violencia no tiene mucho secreto. Escaparates y locales destrozados y la huella que deja la violencia de una minoría radical. El día después, es el del comercio que tiene que hacer cuentas, porque les toca pagar a ellos en su peor momento.