Esta vez los disturbios arrancaban en la sede de un medio de comunicación y ese era su objetivo. Con pedradas y pintadas vandalizaban la fachada. En ese mismo momento uno de los radicales tapaba y golpeaba también la cámara de un periodista. El objetivo seguían siendo los medios de comunicación. Era el inicio de lo que se prevé como otra noche de disturbios con contenedores ardiendo, cuando la situación está lejos de calmarse en Barcelona.