La nube de gases generada por la lava del volcán en erupción en Cumbre Vieja, La Palma, al entrar en contacto con el agua del mar no ha provocado daños humanos. Esto se ha debido principalmente al viento, que sopla con fuerza y ha mantenido la columna de gases sobre la zona afectada, sin desplazarla hacia el interior de la isla o áreas habitadas.