Alberto Hernández reconoce que no tuvo a muchas esperanzas de que la iglesia de Todoque se salvara. De las cuatro iglesias de Los Llanos de Aridane de las que es párroco, dos ya han caído y una tercera está casi sentenciada, pero él encuentra consuelo. “Sigo siendo párroco”, dice y añade que “aunque no hay templo, hay comunidad y lo que importan son las personas”. En la única iglesia que sigue en pie se conservan las imágenes rescatadas de la destruida hace una semana. También, la memoria gráfica de los orígenes de esta localida., incluida la construcción de la icónica parroquia. En el caso de Todoque sólo unas décadas separan su génesis de su apocalipsis, aunque el obispado promete que, allá donde vayan los vecinos, se edificará una nueva iglesia.