Una nube negra impide ver el cielo al sur de la isla. Una sombra en las alturas que advierte de la precipitación de ceniza. El municipio de Fuencaliente es una mancha de partículas arrojadas por el volcán. En cuestión de horas el asfalto queda cubierto y los servicios de limpieza vuelven a intentar despejar calles y carreteras en las que apenas se entreven las normas de circulación.