Tras debatir durante más de 10 horas, el pleno del Tribunal Constitucional paralizaba la tramitación de la reforma del Gobierno para desbloquear la renovación de este órgano. Se trata de una decisión inédita que desencadenaba otra reacción inédita a las 11 y media de la noche; la comparecencia de los presidente de las Cortes. Batet mostraba su "honda preocupación desde el punto de vista del correcto funcionamiento del poder legislativo", mientras que Ander Gil destacaba que "jamás se había despojado a las cortes generales de su facultad de legislar". Los magistrados, cuatro de ellos con el mandato caducado, decidían paralizar la reforma que desbloquearía su renovación.  El Pleno no admitió la recusación de dos de los jueces solicitada por PSOE y Podemos. Fue rechazada con el voto de los propios afectados, lo que decantó la decisión final. El PP solicitaba paralizar la votación al considerar que la forma de tramitar la ley ha hurtado a la oposición su derecho a debatirla. Las instituciones europeas avalan la intervención del Constitucional y afean al Gobierno que no haya consultado la reforma a Bruselas.