El alcohol provoca en nuestro organismo gran cantidad de síntomas incompatibles con la conducción segura. Efectos que además pueden variar y potenciarse en función del peso, el sexo, la edad y la salud de cada persona, de cómo y cuánto se consume, del tipo de bebida alcohólica y de la combinación de esta con medicamentos y otras drogas.

"El alcohol es una sustancia psicoactiva y altera las funciones psicomotoras y perceptivas, capacidades necesarias para conducir: la coordinación, la atención, la visión, la conducta, la toma de decisiones… Conforme aumenta la cantidad de alcohol en el organismo, esos efectos persisten y aumentan. Su potencia puede variar, pero siempre afecta", explica Julio Pérez, asesor médico del Observatorio Nacional de Seguridad Vial de la Dirección General de Tráfico.

Por ello, con el objetivo de reducir la smuertes en carretera, desde el ministerio del Interior se pretendía reducir el consumo al volante a 0,1 miligramos, lo que es lo mismo que 0,2 gramos por litro en sangre.

La modificación se encuentra en trámite, tras haber conseguido 177 votos a favor, 32 en contra y 135 abstenciones. Por lo que el resultado se espera conocer a lo largo de 2025.