El pequeño Hugo Berdasco (ocho años) se pone en guardia cada vez que el botánico Nike García explica un concepto. La escena se repite en el aula que la Fundación Margarita Salas tiene en una sala del instituto Carmen y Severo Ochoa de Luarca. Once estudiantes de Primaria aprenden sobre ciencia de forma gratuita, inspirados en la reconocida científica que nació en Canero.
Las clases tienen como meta vincular historias de la vida cotidiana con la ciencia. Esta vez la lección versa sobre dormir: por qué es importante, qué hacemos cuando descansamos y qué sabe la ciencia y qué no sobre este proceso.
Inés Fernández tiene hecho su dibujo, un círculo que explica las fases del sueño. Si se le pregunta qué le gusta de esta aula, responde pronto: la ciencia "es importante para la investigación de enfermedades". También muestra clarividencia con otra cosa: aquí "aprendemos ciencia divirtiéndonos".
Las sesiones, semanales y de dos horas de duración, se desarrollan sin riñas ni prisas. Los alumnos pueden preguntar durante todo el proceso. Hay algo que «toca» conocer, pero esto puede derivar en otras preguntas que siempre responde atento el dinamizador, Nike García. "No estamos aquí para asustar, sino para hacer algo dinámico gracias a la ciencia", detalla. En el aula de Valdés están especialmente contentos porque este es el municipio de Margarita Salas. Ser un territorio rural y desfavorecido para acceder a este tipo de oportunidades, también mueve a la Fundación a desarrollar en Valdés su proyecto para acercar las áreas de las ciencias, conocidas en su acrónimo en inglés como STEAM (Ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Gloria Sánchez (ocho años) asegura que "hacen cosas guais" y que gracias a las horas que pasa en estos talleres "el día de mañana voy a saber cosas muy interesantes". La dinámica y el método para aprender no responden a los que rigen en los colegios. Manipular, salir, ver cómo la ciencia "está en todo", como dice García, es otro de los grandes objetivos.
Hasta la fecha han sido variados los descubrimientos de estos alumnos de Primaria. Por ejemplo, conocen mejor cómo y por qué flota un cuerpo en el agua. Saben cuánta cantidad de azúcar tienen las distintas bebidas que se ofrecen en un supermercado. Explican el motivo por el que los cítricos evitan la oxidación (y lo han comprobado) y tienen una esperanza grande en su próxima huerta, la misma que les ayudará a conocer algo más de horticultura.
Lo que más les gusta son las salidas. El dinamizador se encarga de que las clases teóricas tengan siempre contrapartida práctica. En el aula hay experimentos, pero fuera conviven y hacen visitas culturales que muestran cómo impactan las decisiones personales y políticas en la Ciencia (han visitado el Bosque-Jardín de Luarca y el Parque de la Vida de la Mata).
Ataviados por un día con la camiseta que es regalo de la Fundación, todos expresan su agradecimiento con sonrisas. Oliver Pérez, el benjamín del grupo, dice que no sabría explicar el motivo, pero "me gusta todo" lo que pasa en el aula Margarita Salas de Valdés. Buena señal.