Los cientos de sintecho que duermen en el aeropuerto de Madrid-Barajas se han topado esta noche, por primera vez, con controles de acceso. Muchos han burlado llegando antes de que los vigilantes o desplazándose a los aparcamientos del recinto. Cae la noche en el aeropuerto de barajas y los pasajeros que llegan a la terminal encuentran sus accesos cerrados. Solo permanecen abiertas algunas puertas, donde los guardias controlan quienes acceden al interior. Desde las 9 de la noche a las 5 de la mañana se han limitado los accesos. Únicamente a pasajeros y acompañantes. La medida de AENA pretende evitar la entrada a personas que pernoctan en el aeropuerto. Por eso, desde primera hora de la tarde ya algunos buscaban un lugar donde pasar la noche. Francisco es una de las 400 personas que duerme allí a diario desde hace dos meses. Su pensión de discapacidad no le permite buscar un alojamiento. Lo mismo ocurre con María que, aunque quiere que la situación cambie. Reconoce que no tiene otra alternativa. Mientras que los sindicatos dudan de la legalidad de prohibir el acceso a un espacio público, el alcalde de Madrid se reunirá hoy de nuevo con el presidente de AENA. Para tratar de buscar una solución urgente para todas estas personas.

Salvador Méndez sabe que le ha caído una oportunidad del cielo para rehacer su vida. Y está dispuesto a aprovecharla. Hasta hace dos días este madrileño de 28 años era uno de los sintecho que malviven en el aeropuerto de Barajas. Su suerte cambió cuando el empresario peñamellerano Fernando Fernández lo vio por televisión relatando las penurias que viven cientos de personas sin hogar. "Me llamo la atención, envié un mensaje al programa y nos pusieron en contacto". El empresario le ofreció un trabajo fijo e indefinido como camarero de pisos, con alojamiento, pensión completa y la remuneración pertinente. El sintecho aceptó al instante. Llevaba viviendo en la calle, en el aeropuerto, desde diciembre de 2022. Pasaba la noche en un saco de dormir, en el suelo, "todo muy precario".