"Es como si hubiera un diálogo entre los campanarios", explica Manuela García Valdés. Es una de las numerosas personas que esta tarde se daban cita en los alrededores de la plaza de la catedral para escuchar el concierto de Llorenç Barber. La "voz cantante" la llevó "Wamba", la campana en activo más antigua del mundo. La emblemática pieza de la Catedral lleva más de ocho siglos poniendo banda sonora a la ciudad. "Tiene un sonido ronco, como de persona mayor", explicaba el peregrino Santiago Ponce. "Es un lujo poder escucharla en directo". El público abarrotó los alrededores de la plaza de la Catedral para escuchar un concierto único en el que también participó la Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo.