Sobre las seis de la tarde, la Policía Local recibió una llamada a la central que les avisaba del derrumbe de un edificio en la zona del casco viejo. Cuando supieron de la noticia, la patrulla encargada de la zona se presentó allí para ver la situación y acordonaron rápidamente la zona para que ningún transeúnte pudiera pasar por la calle afectada. El subinspector del cuerpo de seguridad Argimiro Díaz se presentó en la escena del accidente y explicó que los cascotes amontados en la vía pública podían llegar a ser de “una tonelada”: “Cuando la patrulla llegó se avisó a los bomberos para que intervinieran cuanto antes. Por suerte no pasaba nadie en ese momento por la calle y no tenemos que lamentar ningún herido, al final solo fue un susto”. Díaz acompañó a la patrulla en todo momento y avisó a los ciudadanos que pasaban por el lugar de que no se podía atravesar por esas calles, pero que las zonas de alrededor seguían funcionando perfectamente: “El edificio lleva mucho tiempo en estado de ruinas y abandonado, por lo que lo mejor que podemos hacer ahora es cerrar esta zona para que no se produzca ningún accidente. Esperamos que los bomberos puedan terminar su trabajo y que no haya más desperfectos”, añadía Díaz.