Para apreciar mejor la textura, el aroma y el sabor de cada queso es importante cortarlo de una forma determinada. A Los quesos curados se les hace un corte en cuña y triangular. Los quesos curados y semicurados con sabores potentes deberían ser cortados en cuñas o barritas con un grosor de 5 a 10 milímetros. Los blandos o muy cremosos se cortan en lonchas pequeñas pero siempre con un grosor mínimo de 5 milímetros. Como son difíciles de cortar, se recomienda introducir la hoja del cuchillo en un recipiente con agua caliente, para que éste se despegue del queso fácilmente. Los quesos como el de Cabrales se pueden presentar en pequeños tacos o en bloque para que los comensales puedan servirse directamente con la ayuda de un cuchillo. "Es importante tener un buen cuchillo para cortar queso y hacer un corte rápido", explica José Enrique Iglesias, de la escuela de Hostelería de Pravia. Además de aprender las técnicas de corte, los alumnos han podido descubrir las variedades de producto que se exhiben en el Calatrava.