La bestia negra de los conductores en Oviedo es un poste de unos tres metros de altura con dos tapas de llamativo color gris metalizado. El radar instalado desde el año 2011 en Muñoz Degraín fue, con doce denuncias al día, el más "multón" de los cuatro dispositivos fijos repartidos por la Policía Local en otros tantos puntos de la capital asturiana. El dispositivo fotografió en los últimos doce meses a 4.242 presuntos infractores, que supusieron el 63% del total de los expedientes abiertos en toda la ciudad por este concepto. Por otra parte, los expedientes sancionadores por saltarse semáforos detectados por los cinco foto-rojos de la ciudad se desplomaron debido al efecto positivo de la cuenta atrás de la plaza de Castilla y la desactivación durante buena parte del año de los dispositivos instalados en la zona en obras de Santullano.