Fue una cabalgata que marcó récord en dos sentidos. Primero, en el número de figurantes con un séquito real de 1.850 personas y, después, por el número de asistentes. 70.000. “Hemos superado todas las cifras anteriores”, según el Alcalde, Alfredo Canteli. Junto al deán, Benito Gallego, fue el encargado de recibir a Melchor, Gaspar y Baltasar en la plaza de la Catedral donde hicieron la adoración al niño Jesús ante el misterio de la plaza de la Catedral.
Esta fue la única parada en la que sus Majestades se bajaron de sus nuevos tronos, aunque no fue la única pausa. Los Reyes subieron de forma escalonada la calle San Francisco para evitar accidente con los caballos. Además, y para garantizar la seguridad, todo el recorrido estuvo vallado. Al otro lado, niños, padres y abuelos lo dieron todo y gritaron a pleno pulmón cuando aparecieron las carrozas reales.
También fueron sumamente aplaudidos los pastores con las ovejas, asturcones y una vaca. Todo para llenar, un año más, las calles de Oviedo de ilusión