Las fiestas no cesan en la capital asturiana. Tras un intenso fin de semana celebrando el ascenso del Real Oviedo a Primera división, ayer se festejó la noche más corta: la de San Juan con su hoguera de altura. Un momento para pedir deseos. Entre los objetos que ardieron en la plaza de Porlier a partir de la medianoche había libros, apuntes y peticiones. Diego Ordiz pensó en sus estudios: "Que me vaya bien en quinto de Primaria y saque buenas notas". También se acordó de su familia: "Que tenga salud", comentó ante la presencia de su padre, Rubén Ordiz. Ambos prometieron volver el año que viene y comprobar si los deseos se han cumplido.