Entre montones de basura, restos humanos, prácticamente a oscuras y dependientes de un dueño que no escatimaba en alimento, pero parecía no tener aprecio alguno por la higiene. Así vivían los once perros (nueve adultos y dos cachorros) rescatados por la Protectora de Animales del Principado de Asturias la tarde noche de este lunes del piso del número 2 de la calle Lucas Rodríguez Pire, en La Corredoria, donde un hombre de 45 años fue detenido el lunes al descubrir la Policía Nacional que convivía con el cadáver de su madre, a la que los vecinos no habían visto desde hace años.
Los guardianes de los animales locales fueron los primeros en acceder y los últimos en salir del 2ºB del bloque, donde se encontraron un panorama desolador. El detenido advirtió antes de nada que tenía once perros y tres gatos en la vivienda. Fue por eso que los empleados del albergue municipal hicieron de avanzadilla, asegurándose de que no había ningún perro peligroso que pudiera entorpecer la actividad policial. En la vivienda apenas había luz (solo funcionaba una bombilla de una habitación en la que no llegaron ni a entrar), pero rápidamente, "casi a ciegas", se toparon con los once canes desperdigados por distintas dependencias del piso.
Todo ello sobre un inmenso mar de basura, en el que incluso había madrigueras, donde supuestamente se alojaban los tres gatos que el arrestado afirma poseer. "Solo vimos uno y no estaba muy receptivo", explica Alejandra Mier, responsable de la Protectora, la cual no llegó sin embargo a ver el cadáver de la mujer a la que los vecinos echaban en falta desde hace años. "No se veía absolutamente nada, pisábamos basura, pero no acertábamos a ver ni lo que era", relata.
Hasta los expertos se confiesan incapaces de encasillar la raza de los perros rescatados. "Son mestizos con varias mezclas de razas", afirman en relación con unos ejemplares que presentan un buen estado de nutrición. Los miembros del colectivo hallaron numerosos platos y cubos con comida para mascotas entre los montones de residuos. No obstante los trabajadores descubrieron, tras una primera inspección veterinaria, que varios de los animales sufrían ciertas patologías. "Algunos tienen problemas oculares y algún tumor que otro, pero su estado no es ni mucho menos grave", desvelan a falta de la realización de más pruebas sobre la salud de los animales.
Estéticamente, el diagnóstico es mucho más pesimista. Varios de los canes presentan abundante suciedad en su pelo, hasta el punto de que el pelo de ciertos ejemplares se ha convertido en grandes rastras aderezadas con porquería. La excepción en ese aspecto la marcan los cachorros, los cuales presentan un buen estado de salud y de limpieza respecto al resto de ejemplares. "Es posible que estén algo mejor cuidados", teorizan los participantes en el rescate.
"Ramos" y "Susita" dos de los canes rescatados han comenzado su recuperación con una intensa sesión en una peluquería canina de Gijón que colabora habitualmente con varias protectoras de animales. Fueron necesarias casi cuatro horas de baños y cortes de pelo para dejar a los animales con una imagen totalmente irreconocible: "Me llamaron el martes por si podía echarles una mano porque Alejandra llevaba dos horas con Ramos y no veía cómo acabarlo y me los trajeron a las 16:30 de la tarde y acabamos sobre las 20:00 que me ayudó también Inés de Ciudadano Can que es adiestradora en positivo por si eran agresivos (su alumno Ezequiel) y Paola que es de la Protectora", explica Belén García de la peluquería Mascotas. "Se portaron genial, son unos benditos", añade.
Los rescatadores de los animales en el piso de La Corredoria insisten en que todos los ejemplares eran muy dóciles y se dejaron coger sin problemas. Todos ellos son de tamaño pequeño y cinco, los de edad más avanzada, tienen microchip. "Lara", "Cristiano", "Ramos", "Jotaté" y "Susita" junto a los otros seis perros y tres gatos esperan ahora la resolución judicial para determinar cuál será su futuro.