El Real Oviedo se la juega esta noche en el Carlos Tartiere (21.00 horas) con el ascenso a Primera División en juego. En la ida, el Mirandés ganó 1-0, pero al conjunto de Luis Carrión le vale un empate para volver a la élite del fútbol español. Y aunque el estadio estará lleno hasta la bandera, hay muchos aficionados que vivirán el partido desde otro lugar. Uno de ellos, muy especial: la planta 3C del área de Digestivo del HUCA.

Desde allí, María Ronderos, paciente afectada por la enfermedad de Crohn, sigue el fútbol como una inyección de ánimo: “El hospital es muy aburrido, las horas no pasan. Y cuando juega el Oviedo sabes que por lo menos dos horas vas a tener de entretenimiento. Si encima ganan, ese entretenimiento viene con alegría y te dan ganas de tirar más para adelante. Nos da energía, nos da la energía que necesitamos y que no tenemos”, confiesa.