Nadie se atreve a decirlo muy alto, pero el de esta noche puede ser el partido más importante de la historia del Real Oviedo. Solo escuchar la frase ya da vértigo. Puede sonarles exagerado, por eso de que estamos hablando de un histórico, un clásico del fútbol nacional, uno que, resumiendo mucho las cosas, se codeó en los años 30 con los grandes, que vivió el resurgir más ambicioso a comienzos de los 60 y que en los 90 se instaló otra vez en el lujoso vecindario de la Primera División. Sería solo un ascenso más, puede argumentar alguien. Pero no. No se trata solo de eso.