Por el mercado Nacional de Ganado de Siero pasan cada semana, de media, 2.000 reses. Hace un año el recinto ferial reabría sus puertas tras el cierre que impuso la pandemia. "La actividad se ha recuperado y hemos conseguido un equilibrio entre las restricciones sanitarias y la actividad comercial", destaca el director del mercado, José Luis Díaz.

El jueves es el día de venta de terneros y en el recinto hay menos movimiento. "Hay poca gente porque es un mercado muy profesionalizado, los lunes vienen los ganaderos a vender personalmente sus animales y hay el doble de gente de la que puedes ver hoy", explica José Luis Díaz.

La actividad se ha recuperado pero los precios siguen estando muy bajos

El leonés José Manuel de la Moral es uno de los tratantes que hoy se ha dado cita aquí. "Llevo viniendo desde que abrió el mercado, traigo unas 80-90 reses y lo que noto es el bajón de los precios. La materia prima es muy cara y es muy difícil que los negocios ganaderos sean rentables", lamenta. "El ternero más caro puede costar unos 350 euros y el más barato entre 30 o 40 euros", añade el director del mercado.

José Luis Díaz, José Manuel de la Moral y Ana Rosa Nosti en el mercado de ganado de Pola de Siero Amor Domínguez

"El mercado de ganado de Pola de Siero es un referente nacional en transacciones y entrada de cabezas de ganado", asevera la concejala de mercados Ana Rosa Nosti. "Tras el parón impuesto por el COVID se hizo muy un protocolo en materia de seguridad que tuvo el reconocimiento de la propia consejería". Los miembros de la Asociación Nacional de Defensa Animal y la ong Animal Angels vigilan el estado de los terneros antes de su traslado. "Llevamos muchos años viniendo a los mercados de toda España y el estado de los animales y el trato que reciben ha mejorado mucho, antes veías ejemplares muy débiles que no estaban en buenas condiciones. Ahora la ganadería está muy profesionalizada y la gente está más concienciada", explica Julia Havensten.

ANDA y Animal Angels comprueban el estado de los animales en el mercado de ganado de Pola de Siero Amor Domínguez

La cuestión ahora es el relevo generacional en un sector ganadero con un futuro incierto más allá de las explotaciones familiares. "La ganadería siempre fue un sector refugio, la crisis de 2007 en el mercado se reactivó la actividad porque los jóvenes volvieron a las explotaciones. ahora no es tan llamativo pero yo si veo que los jóvenes vuelven al trabajo que hacían los padres y mantienen el negocio familiar", explica José Luis Díaz.