Como se esperaba, esta tarde, en torno a las cinco, ha arrancado la subida a La Sobatiella desde el centro de la Pola, el tradicional desfile en el que vecinos y visitantes comparten música, cánticos y alegría en dirección al prao de la fiesta donde tendrá lugar la multitudinaria reunión de familias y amigos hasta entrada la noche. Es la de este año una cita muy esperada tras el parón por la pandemia y eso se ha notado en la calle, en el buen ambiente y en las ganas de fiesta de todos los participantes.

El tiempo acompaña y en el camino hacia La Sobatiella además del buen humor y de la animación de emblemáticas peñas como la de Los Cascaos no falta la sidra ni los atuendos típicos de esta monumental fiesta: cientos de romeros, fieles a la tradición, lucen pantalón azul y camisa o camiseta blanca junto al tradicional pañuelo azul atado al cuello.