Fueron necesarios varios intentos y a punto estuvo de haber heridos. Los solteros de Pola de Siero sudaron lo suyo en la plantación del álamo anoche, una tradición de décadas en la capital sierense que requirió de la participación de una veintena de chavales para transportar el tronco hasta Les Campes y que resultó más accidentada de lo esperado.
Entre gritos de ánimo y con cientos de espectadores, los jóvenes intentaron aupar el ejemplar cortado durante la tarde de ayer para dejarlo caer una primera vez, con problemas para encontrar la estabilidad.
Las dificultades siguieron con los puntos de apoyo, en una maniobra que duró más de una hora y peligró por momentos. Hubo que buscar más puntales y la escalera de aluminio con la que empujaron la parte superior del árbol se atascó en un par de ocasiones.