Fue alguien que salió corriendo tras asestar las cuchilladas mortales y se metió en un coche que le estaba esperando. Así explicó ayer Conchi Martín, conocida como la viuda negra de Alicante, la muerte a puñaladas de su marido, con el que se casó dos semanas antes, y por la que está acusada tanto ella como su cuidador, Francisco Pérez, que la llevaba en silla de ruedas a todas partes. La mujer aseguró en el juicio que la noche del crimen había quedado con su marido en la Albufereta para tener una cena romántica y que a continuación se iban a ir de viaje de novios. Aunque los dos acusados han ido cambiando de versión a lo largo del proceso, llegando incluso a culpar del crimen a un hijo del fallecido, ayer dieron marcha atrás y aseguraron que no vieron quién apuñaló a José Luis pero que mientras agonizaba y balbuceando habría dicho: «mi hijo me la ha clavado en el corazón».