La supuesta agresión homófoba en el barrio de Malasaña de Madrid no fue tal. El denunciante, ha cambiado su primera declaración y, tras un largo interrogatorio, se ha derrumbado y ha confesado que se inventó todo salvo las lesiones. La inscripción a cuchillo en los glúteos fue consentida y realizada por otras dos personas. Horas después su pareja descubrió las heridas y el joven decidió mentirle y contarle la historia de los encapuchados. Pero la mentira le salió cara porque su pareja le convenció para que acudieran a comisaria a denunciar. La ausencia de imágenes tras revisar las cámaras, la falta total de testigos y otros indicios hicieron sospechar a los agentes poco después de iniciarse la investigación. El desenlace del caso ha causado estupor en el barrio y entre los colectivos LGTBI. La policía ya ha anunciado que el joven será acusado de denuncia falsa.