El Cumbre Vieja sigue erupcionando como una fuente de fuego, formando una columna de más de 3.300 metros en el aire. Esta incesante actividad magmática del volcán transforma cada día el curso de los ríos de lava ladera abajo.

Entre las diez coladas que se extienden bajo el volcán, todas ellas vivas pero sin apenas movimiento, preocupa la que avanza más al sur, la número 3. Paralela a la 9, que se frenó muy cerca del mar, ha recorrido en pocos días un amplio tramo en su viaje hacia el Atlántico, que podría alcanzarlo muy pronto formando una segunda fajana.

En su camino la colada 3 ha destruido un buen número de viviendas que quedaban en pie y una amplia extensión de cultivos. En estos últimos ya se ve el mar.

La calidad del aire ha mejorado en la isla, aunque aún presenta un peligro moderado para la grupos de riesgo, personas con problemas respiratorios, debido a la suspensión de partículas, según el medidor de Los Llanos.

El Cumbre vieja ya ha arrasado más de 900 hectáreas y emitido 100 millones de metros cúbicos de lava, es decir, más 100.000 millones de litros.