A la espera de prestar declaración ante el juez el próximo 25 de abril, Luis Medina se refugia en la localidad portuguesa de Tavira con su madre, Naty Abascal, intentando huir de un escándalo que crece a pasos agigantados y que complica y mucho su futuro. La defensa de Luis Medina, implicado en el cobro de comisiones del Ayuntamiento de Madrid por la venta de material covid durante los primeros meses de la pandemia, ha solicitado al juez encargado del conocido como 'pelotazo' de las mascarillas, Adolfo Carretero, que expulse al Ayuntamiento de Madrid del proceso, en el que está personado como acusación particular, ya que "dieron por válido" el material que recibió a través de esa transacción.