La escena se viralizó de inmediato: un vídeo que empieza con las manos de un DJ pinchando un temazo. Se abre el plano y se descubre que el artista va vestido de cura. De hecho, es un cura portugués. Está marcándose tremenda sesión techno a las 7 de la mañana. No en un after, no en una rave, no en un festival de verano. El disc jockey está despertando a los jóvenes cristianos que han asistido a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), de Lisboa. "Vaya santísimo temón", diría alguno. Y nunca tuvo tanta razón.