Arrojo es lo que le sobra a Elisabeth Arrojo, la oncóloga cum laude que le planta cara al cáncer usando el calor como herramienta y que abandera la lucha contra esta enfermedad, con innovación y coraje. En su particular guerra contra este mal imparable que nos sigue erizando la piel solo con mentarlo, su arma es este mantra: “Lo imposible es aquello que no intentas”. La doctora corverana relató sus experiencias ante el público que acudió al Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA con motivo de la celebración de EWoman 2024. La historia de Elizabeth Arrojo arranca en Asturias, sigue en Navarra donde estudió, y en una primera etapa acaba en Santander, donde tuvo su primer empleo, en el hospital de Valdecilla; luego a Estados Unidos, donde su trabajo en el 21st Century Oncology obtuvo tal reconomiento que fue distinguida con un visado especial, como «persona extraordinaria en las ciencias»; para estar cerca de su madre, que afrontaba precisamente un proceso oncológico, regresó a España y fundó el Instituto Médico de Oncología en Madrid, con sedes en Madrid y en el País Vasco –confía en que pronto también en Asturias–. Recibió el Premio Europeo de Medicina en Oncología en 2021 y 2022 y desde 2022 ocupa la primera cátedra en Hipertermia oncológica de España, en la Universidad Católica de Murcia. Aplicando esa técnica asegura que están consiguiendo triplicar la esperanza de vida de pacientes con ciertos cánceres, como el de páncreas metastásico. Está firmemente convencida de que «lo imposible es aquello que no se intenta», y ha hecho de esa declaración su lema vital: «He podido comprobar que es verdad».