La Benéfica abre sus puertas de par en par. Lo hace tras meses en obras, estrenando una rehabilitación y una programación cultural "inverosímiles" hace cuatro años y celebrándolo con todo Piloña, con los vecinos de Infiesto y con los muchos cómplices que han arropado su proyecto cultural y comunitario. Hoy, La Benéfica lo celebra sumándose a los festejos populares del Antroxu de Infiesto y, fiel a su espíritu fundacional, lo hace colaborando con tres asociaciones locales: Ríu Fontoria, LaKadarma y El Prial. Habrá mázcares, fabada, se entregarán los premios del concurso infantil de disfraces, habrá baile y una "Nueche en Danza".
La Benéfica renace con ánimo agradecido. Ayer, anticipándose a su apertura formal, sus promotores organizaron un acto al que invitaron a los miembros de su asociación de Amigues, a los representantes de las administraciones y los colectivos, empresas y fundaciones que la han sostenido. Les dieron a conocer el edificio renovado, que fue teatro, fábrica de dulce, luego sirvió de garaje y ahora luce como un espacio cultural dinámico y abierto a la comunidad, y con todos ellos brindaron con sidra: "¡Larga vida a La Benéfica y que viva Piloña!".
Allí estuvieron los impulsores de la idea y máximos responsables de su consecución. Todos muy emocionados y muy cansados. "Mucho barrimos esta semana, con tolo que llovió, tol barro que hay fuera", se desahogó, bromeando, Rodrigo Cuevas, uno de los socios de La Benéfica, el más mediático. "No sé muy bien cómo explicar que tengamos esto de repente; es que es imposible", admitió. "Cuando todos nos creemos algo podemos hacer que ocurra; ocurre porque nos lo creímos", es su única explicación.
Cuevas describió el estado en el que se encontraron el edificio, que data de 1926, como "una ruina", así que se alegra de haber contribuido, con sus compañeros, a recuperar el patrimonio de Piloña y su memoria. Le gusta saber que otros concejos asturianos siguen el mismo camino en la recuperación de antiguos teatros, cines y centros de ocio, como se anuncia en Cangas de Onís, en Llanes, en Laviana, en Grado. Este es, en su opinión, "un momento esperanzador pa les villes, como centros periféricos".