Antonio Hevia Perera y su esposa Sara Álvarez Fernández-Peña reflexionan desde el salón de su casa, en pleno centro de Oviedo, sobre las sorpresas que da la vida. Jamás hubieran imaginado que uno de sus nietos sería bautizado por un papa, mucho menos que lo fueran dos, y menos aún que un yerno suyo echaría la llave al féretro del pontífice difunto. Todo eso ha sucedido.
Ayer Filippo Flavoni cerró el ataúd de Francisco I, una vez clausurada su capilla ardiente y durante un rito privado presidido por el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell. Este padre de familia, romano, restaurador de profesión y funcionario del Vaticano es el yerno de Antonio y Sara, y los dos hijos nacidos de su matrimonio con Sara Hevia Álvarez, la hija de la pareja ovetense, fueron bautizados por el Santo Padre en la Capilla Sixtina: el primogénito, Fabrizio Flavoni Hevia, el 12 de enero de 2014, y su hermana, Sara, en enero de 2019.