Pasadas las 12.00 horas de la mañana, una madre, como tantos y tantas otras durante esos instantes, llegó apresurada y con el susto en el cuerpo al Colegio Americano de Madrid después de recibir un aviso de que ya podía pasar a recoger a su hijo. El horario, reducido y nada habitual, tenía su justificación en el drama que apenas tres horas antes había estremecido esta tranquila zona del municipio de Pozuelo de Alarcón.

Alrededor de las 9.00 horas, el expolítico ucraniano Andriy Portnov, padre de dos alumnas de este centro escolar ubicado en Pozuelo de Alarcón, había sido acribillado a las puertas del recinto. "Varias personas" le dispararon en la espalda y la cabeza cuando se disponía a subir a su coche, aparcado sobre la acera. Posteriormente, los autores de los hechos huyeron hacia una zona boscosa, desapareciendo y sumiendo en el caos momentáneo al barrio.

Estamos en "shock", aseguraba ya más tranquila la mujer, cuyo hijo le acababa de explicar que un compañero escuchó los disparos en clase de Educación Física. "En el momento piensas que son cohetes o algo así, lo que sea menos eso. Sobre todo en esta zona de Pozuelo, rodeada de colegios", explica a este periódico Félix, un estudiante que vive la residencia de estudiantes Nodis, el edificio más cercano al lugar donde se produjeron los hechos.