Seguro que alguna vez te has preguntado cómo diferenciar un pescado azul de uno blanco.

Si no quieres volverte loco mirando con etiquetas y listas interminables, tenemos un truco fácil: mira su cola. En teoría, la forma de la cola te da la respuesta sin necesidad de preguntar.

●       Cola en forma de flecha = pescado azul.

●       Cola plana, tipo abanico = pescado blanco.

Por ejemplo, pescados como el lenguado o el San Pedro tienen la cola plana, lo que los clasifica como pescados blancos. En cambio, especies como la caballa o el atún tienen una cola en forma de flecha, lo que confirma que son pescados azules.

Pero hay excepciones... ¡y vaya excepciones!

Este truco no es infalible, y hay peces que juegan al despiste. Uno de los casos más curiosos es el besugo. Su cola es puntiaguda, lo que haría pensar que es un pescado azul. Y sí… pero solo en invierno. En verano, su contenido graso baja y pasa a ser un pescado blanco. Por eso se recomienda comerlo en Navidad, cuando está en su punto más jugoso.

Otro engaño es el salmón. Tiene una cola plana, lo que según la regla lo haría un pescado blanco, pero todos sabemos que es pescado azul por su alto contenido en grasas saludables.

Conclusión: consulta con tu pescatero de confianza

Si dudas entre colas puntiagudas, abanicos y excepciones de temporada, lo mejor es preguntar en la pescadería. Ellos te dirán qué pescado es mejor según la época del año y cómo aprovecharlo al máximo en la cocina. Así evitarás errores y, de paso, te llevarás el pescado en su mejor momento.