El joven tímido y rubio que llegó a Pasapalabra el 18 de mayo del pasado año se ha convertido en un maestro, en un veterano, en bicentenario. Manuel Pascual, Manu para todos los espectadores, ha llegado a la cima de 200 programas y, además, en uno de sus mejores momentos. Apenas tres días antes, estuvo a punto de completar El Rosco y llevarse un bote de 1.276.000 euros. En la clasificación de concursantes longevos, ya está por encima de leyendas como Óscar Díaz y Rafa Castaño. “Uno nunca se siente veterano porque siempre intenta durar todo lo posible, pero superar a referentes míos es una maravilla”, reconoce. De hecho, la casualidad pudo hacer que ganara el bote en el mismo número de programa que el sevillano, el 197. Sin embargo, volvió a quedarse a las puertas de la gesta por tercera ocasión: “Tan cerca y tan lejos a la vez, pero esa adrenalina que te provoca el 24 merece la pena”.
Le toca seguir jugando para completar El Rosco, una hazaña que ve más o menos alcanzable “según la semana”. “El caso es pelear y, si se puede algún día, pillarlo”, comenta. Él sigue preparándose con la misma intensidad para lograr ese objetivo: “Aprendes a estudiar, a tus fallos, a seguir puliendo cositas, yo nunca paro de aprender, que eso es lo bonito también”, afirma.
Manu ha ido “creciendo”, como él mismo describe, en Pasapalabra. Asegura que, a lo largo de estos meses, ha ganado “templanza” en el plató, teniendo en cuanto que ésta es su primera experiencia en la televisión. “Estaba como un flan”, recuerda de su debut. Ahora, ha ganado “experiencia” y se ha relajado tanto que hasta ha dejado ver su cara más desinhibida.
Uno de esos momentazos fue cumplir su palabra de bailar reguetón con Roberto Leal. “Con él me llevo fenomenal, es una persona estupenda y surgió esa broma”, explica el madrileño.
A lo largo de 200 programas, la lista de invitados que ha conocido es larguísima. ¿Hay alguno que le haya dejado especialmente marcado? “Soy muy fan de Aquí no hay quien viva, entonces todos los que parten de ahí como Fernando Tejero o Eva Isanta me han hecho mucha ilusión”, reconoce. Como broche a la entrevista, Manu despliega su talento como poeta, el que demuestra cada vez que despide a los invitados para agradecerles su ayuda. Los protagonistas de sus versos en esta ocasión especial son Roberto Leal y Rosa. Es una encerrona de la que, gracias a su ingenio, sale estupendamente.
Entrega del bote
Ahora, la gran pregunta es, ¿quién se llevará el bote? ¿Manu? ¿Rosa?, ¿un nuevo aspirante? En juego ha más de un millón de euros y cuaquiera de los concursantes puede dar la sorpresa y convertirse en historia de Pasapalabra. Un momento único en el que Roberto Leal suele hacer un gesto que ya ha salido a la luz. Si Roberto Leal tuviera que optar a algún Oscar, sin duda sería en el apartado de director de película dramática. Nadie como él es capaz de crear un ambiente de misterio con el que se produce cada vez que un concursante llega a 24 aciertos y da la respuesta que le falta para completar El Rosco. Volvió a hacerlo en el tercer intento de Manu de ganar el bote, en su programa número 197, lo que habría supuesto calcar la gesta de Rafa Castaño.
“Pensé que se lo había llevado por tu cara”, le comentó Eva Pedraza a Roberto en el día después de ese Rosco. El presentador bromeó al asegurar que, en ese momento decisivo, pone la misma cara que cuando sus hijos le traen las notas. También ha reconocido que la gente le pregunta por qué guarda tanto silencio cuando un concursante da la última respuesta y hasta que él confirma que ha acertado o fallado. Son segundos que parecen eternos y que se han vivido con Rafa, Óscar, Sofía, Pablo y con muchos más concursantes aunque no llegaran a llevarse el bote.