Cuando un concursante comete un fallo inesperado en la primera vuelta de El Rosco en Pasapalabra, lo más importante es su capacidad de reacción para conseguir que no se convierta en lastre. En este sentido, Manu ha demostrado en su nuevo duelo contra Rosa que es un experto. El madrileño, ante la adversidad, ha tirado de veteranía, fruto de una longevidad que también han evidenciado las dos nuevas invitadas que han llegado a Pasapalabra.

Manu ha tenido su lapsus de forma bastante temprana, en la L, al responder “lívido” al color morado claro. Con el “no” de Roberto Leal se ha dado cuenta de que lo correcto era “lila”. Afortunadamente para el madrileño, aún le quedaban muchas letras para enmendar el error y la prueba ha transcurrido con mucha igualdad entre los dos atriles.

Parecía que Rosa decantaba la tarde a su favor al llegar a los 21 aciertos, pero Manu ha firmado una remontada de valor al superarla con 22. Después, se ha plantado y ha dejado el desenlace en manos de la coruñesa. Sólo necesita una buena respuesta para ganar…

Finalmente, Rosa ha fallado en la "J", por lo que ha perdido contr Manu y tendrá que ir a la silla azul. Una silla que llevaba vacía unos días debido a los empates de los dos concursantes.

Y es que siempre hay más tranquilidad en el plató de Pasapalabra, incluso un ambiente de mayor felicidad, cuando el programa no comienza con Silla Azul. Manu y Rosa firmaron tablas a 22 aciertos en el último Rosco, lo que supone su empate número 25, a pesar de que la concursante gallega tenía una respuesta correcta que ya no se atrevió a dar.

Además, la tarde ha comenzado con anécdota cuando Roberto Leal ha anunciado un “momento importante” y ha dado la bienvenida a un invitado inesperado. “Es el peluche favorito de mi hijo, Leo, y Lola”, ha explicado tras poner a un entrañable mono encima de la mesa. Los hijos del presentador le pidieron que se lo llevara al trabajo mientras ellos estaban en el colegio y así lo ha hecho. Además, el mono ha demostrado ser bastante curioso, intentando situarse cerca de la Tablet con todas las respuestas del concurso. Finalmente, Roberto le ha dejado leyendo el gran libro de Pasapalabra “para que se ilustre”.