Manu y Rosa están llamados a hacer historia en Pasapalabra si la mala suerte de la silla azul no trunca su dorado futuro.
Rosa se ha convertido en centenaria del programa, un reto que no está al alcance de todos, pero Manu lleva desde el día después de que Óscar Díaz se convirtiera en millonaria tras ganar el rosco de 1,8 millones frente a Moisés.
El 15 de mayo del pasado año (hace casi un año ya), el Rosco buscaba sucesor para el madrileño y la sorpresa llegaba con uno de los nuevos concursantes. Manuel Pascual dejó a todos atónitos con un primer turno... ¡de 17 aciertos!
El madrileño, que quiso matizarle a Roberto Leal que es de Collado Villalba, es licenciado en Psicología. Actualmente estudia un máster de Terapia Psicoanalítica. Además, es aficionado al coleccionismo de mapas: "De sitios a los que voy yendo", ha contado. En su debut contaba qué le gustaría hacer con el bote, que ha vuelto a comenzar desde los 100.000 euros. "Ayudaría a mi familia y me encanta estudiar, entonces emplearía parte en seguir estudiando", ha afirmado.
Su debut fue contra Inma malagueña de nacimiento y con una curiosa afición que sorprendía a Roberto Leal… ¡colecciona ‘Yodas’! Inma cayó eliminada frente a Vicky, burgalesa que también hizo historia en Paspalabra al protagonizar varios duelos con Manu.
Ahora, e incluso sin ganar el bote, Man ya estoda una leyenda de Pasapalabra. Un conrusante imbatible que lleva desde el primer día de la nueva era peleando por conseguir el premio final del rosco, que ya supera los 1,5 millones de euros. En la clasificación de concursantes longevos, ya está por encima de leyendas como Óscar Díaz y Rafa Castaño. “Uno nunca se siente veterano porque siempre intenta durar todo lo posible, pero superar a referentes míos es una maravilla”, reconoce.
De hecho, la casualidad pudo hacer que ganara el bote en el mismo número de programa que el sevillano, el 197. Sin embargo, volvió a quedarse a las puertas de la gesta por tercera ocasión: “Tan cerca y tan lejos a la vez, pero esa adrenalina que te provoca el 24 merece la pena”. Le toca seguir jugando para completar El Rosco, una hazaña que ve más o menos alcanzable “según la semana”. “El caso es pelear y, si se puede algún día, pillarlo”, comenta. Él sigue preparándose con la misma intensidad para lograr ese objetivo: “Aprendes a estudiar, a tus fallos, a seguir puliendo cositas, yo nunca paro de aprender, que eso es lo bonito también”, afirma.
Manu ha ido “creciendo”, como él mismo describe, en Pasapalabra. Asegura que, a lo largo de estos meses, ha ganado “templanza” en el plató, teniendo en cuanto que ésta es su primera experiencia en la televisión. “Estaba como un flan”, recuerda de su debut. Ahora, ha ganado “experiencia” y se ha relajado tanto que hasta ha dejado ver su cara más desinhibida. Uno de esos momentazos fue cumplir su palabra de bailar reguetón con Roberto Leal. “Con él me llevo fenomenal, es una persona estupenda y surgió esa broma”, explica el madrileño.