La energía y la sonrisa de Jaime Nava son siempre contagiosas cuando visita el plató de Pasapalabra. El deportista ha vuelto a arrasar con su carisma con momentazos como el que ha protagonizado en La Pista, demostrando lo bien que canta, acertando ‘Princesas’ a la primera y dejándose llevar por el ritmo de este éxito de Pereza.
Sin embargo, cuando ha charlado con Roberto Leal antes de El Rosco, ha dejado ver su parte más vulnerable tras haber pasado uno de los momentos más difíciles de su vida. “Los deportistas retirados no podemos bajar la guardia nunca porque desgraciadamente con los temas de la cabeza nunca sabes cuándo te puede jugar una maña pasada”, ha confesado. Aunque “sin ánimo de dramatizar”, ha contado cómo a él esa crisis le llegó cuatro años después de dejar el rugby profesional. Jaime ha reconocido que han sido “momentos complicados” y ha hecho una crítica velada con la que ha buscado el guiño cómplice de Roberto y del resto de invitados: “Estamos en un momento en el que no cabe un tonto más”. No obstante, ha querido lanzar un mensaje de optimismo: “De todo se sale”. Él es la prueba y, por eso, quiere “visibilizar el tema de la retirada deportiva”.
Ya en la prueba final, el bote de Pasapalabra ha superado una cifra que ya da vértigo: ¡Manu y Rosa han jugado por un premio de 1.504.000 euros! Los dos concursantes han intentado la gesta en un duelo igualado e intenso, que ha sido el broche a un programa lleno de grandes momentos. Entre ellos, ha vuelto a destacar el poema del madrileño para despedir a los invitados, en este caso a Jaime Nava, Noelia López,Mariló Montero y Óscar Higares. Con 25 segundos de ventaja, Manu ha comenzado El Rosco con buen pie, con un turno de cuatro aciertos, y Rosa le ha seguido el ritmo con un arranque de cinco respuestas correctas. Los dos han hecho una primera vuelta notable, destacando la racha de nueve aciertos de un tirón en el atril naranja, aunque la gallega ha terminado adelantándole.
Mariló Montero la ha animado cuando estaba a cuatro letras de llevarse el bote. “Me lo llevaba ya encantada”, ha asegurado la concursante, creando expectación ante el que ha sido su último turno. Sin embargo, la gesta se ha quedado pendiente para otra tarde porque, cuando ha llegado a 22 aciertos, se ha plantado.
El desenlace lo ha decidido Manu, necesitado de tres buenas respuestas para evitar perder el color naranja.
Finalmente, ambos han empatado, sumando así 600 euros a su bote personal y evitando la temida silla azul.