Tras días de intensas procesiones y planes familiares durante la Semana Santa, Anabel Pantoja dejaba a sus seguidores en shock al compartir una imagen desde el hospital. Lo que parecía un simple control médico terminó siendo una intervención quirúrgica urgente provocada por un problema de salud que arrastraba desde hacía meses, concretamente desde que dio a luz a su hija Alma el pasado noviembre.
Los quistes que alertaron a Anabel: “Pensé que eran granos”
Según ha contado la propia Anabel, todo comenzó poco después del parto. Se quitó unos pendientes y no volvió a ponérselos. “A los dos o tres días ya tenía los agujeros cerrados”, relataba. Con el paso del tiempo notó la aparición de unos bultos en la oreja derecha. Al principio creyó que se trataban de granos infectados, pero la realidad era más seria: se trataban de quistes de inclusión térmica, también conocidos como “quistes de tu propia piel”.
“Parecía un garbanzo”: la operación, clave para evitar males mayores
La intervención, aunque ambulatoria y rápida —apenas duró 30 minutos—, fue esencial. “Cuando el médico llegó al segundo bulto, me dijo que parecía un garbanzo. Si lo hubiéramos dejado más, la cosa hubiera pintado mal”, relataba desde el salón de su casa, donde ya se encuentra recuperándose. Afortunadamente, todo salió bien.
¿Por qué esperó tanto para operarse?
La sobrina de Isabel Pantoja confesó que, desde el nacimiento de su hija, no había dado prioridad a su salud. “Ese ha sido el problema, que siempre priorizamos otras cosas”, reconoció con sinceridad. Finalmente, fue en una clínica de medicina estética donde se sometió a la operación, pues en su ambulatorio no podían atenderla y ella deseaba cuidar también el resultado estético.
Su mensaje a los seguidores: “Atentos a los síntomas”
Fiel a su estilo cercano, Anabel no dudó en compartir todos los detalles con sus seguidores. Mostró imágenes de los quistes extraídos y del estado actual de su oreja con puntos de sutura, subrayando la importancia de vigilar los síntomas. “No duelen, pero molestan”, explicó. Espera poder retirarse los puntos pronto y que su oreja “vuelva a su ser”.
Emocionada con el equipo médico
Con la voz entrecortada, Anabel quiso agradecer el trato recibido por parte del personal sanitario: “Me han tratado genial. Hasta he llorado en el quirófano y la enfermera me cogió la mano”. Un gesto que demuestra, una vez más, la sensibilidad de la influencer y el valor del acompañamiento médico en momentos delicados.
Con esta experiencia, Anabel Pantoja recuerda a sus seguidores la importancia de priorizar la salud, incluso en los momentos en los que la vida te da un giro de 180 grados, como la llegada de un hijo. Una vez más, la influencer demuestra que detrás del maquillaje y los focos también hay vulnerabilidad, valentía y mucha