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Dolor en Villaviciosa por la muerte de Javier Estrada y Luisa Sariego en un accidente de tractor: "Lo habían comprado hace poco para que se lo quedase su nieto"

"Es una pérdida enorme", lamentan los vecinos de La Peruyera de una pareja "que estaba muy unida"

El cartel de entrada a en La Peruyera. En el recuadro, Luisa Sariego y Javier Estrada. A.G.-O.

El dolor se ha instalado desde ayer en el pequeño núcleo de La Peruyera. El fallecimiento de Javier Estrada y Luisa Sariego al sufrir un accidente con su tractor cuando realizaban labores agrícolas ha sumido al pueblo en una tristeza tangente. “Es una pérdida enorme para Villaviciosa”, aseguran sus vecinos.

Javier y Luisa formaban un matrimonio de los que hay pocos. Una dupla que se compaginaba a la perfección. “Hay matrimonios unidos, pero lo de ellos era aún más”, resaltan los vecinos. Juntos trabajaron durante años el campo para sacar adelante el vivero puesto en marcha por el padre de ella, Mariano Sariego. Y juntos acudían a todas las ferias y certámenes agrícolas de la Comarca de la Sidra, donde era muy conocidos.

Pero era su carácter afable y entrañable lo que les hizo ganarse el cariño de la gente. “Podía no conocerte de nada, estar ocupado con su trabajo, pero pasabas por su casa y dejaba todo lo que estuviese haciendo para ayudarte. Perdía contigo el tiempo que hiciera falta”, destacan de Javier. Eran tan serviciales que “hasta insertaba los pumares de la competencia”.

Luisa no se quedaba atrás. El matrimonio mayaba “muchísima sidra” y era habitual que organizasen reuniones en su casa a las que invitaban a todos los vecinos. “Era muy buena gente”, insisten.

Esta pasión por el campo se la inculcaron a su hija, María Esther, quien desde hacía unos años se había hecho cargo del vivero. Además, habían comprado el tractor hace poco con la idea de que su nieto pudiese seguir con la tradición familiar. “Me gustaría que mis nietos continuaran con esta tradición tan nuestra y tan antigua en Bedriñana y que fueran la cuarta generación de viveristas familiares”, decía el propio Javier hace un par de años.

Pero el destino es incierto y quiso que el matrimonio perdiera la vida haciendo aquello que tanto les gustaba. El lunes por la tarde el tractor con el que estaban trabajando volcó. Javier falleció en el acto, mientras que su mujer fue trasladada en UVI móvil al hospital de Cabueñes, donde acabó pereciendo poco después a causa de las graves heridas.

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