Lección de ornitología en la ría de Villaviciosa, donde se dejó ver un ruiseñor pechiazul, "muy difícil" de avistar

SEO Bird Life organizó la actividad, con motivo del Día Mundial de los Humedales, que encantó a los participantes: "Es sorprendente la cantidad de especies que hay"

Las aves levantan pasiones en Villaviciosa. La Sociedad Española de Ornitología (SEO) Birdlife celebró ayer el Día Mundial de los Humedales, que tuvo lugar el día 2, con una ruta ornitológica en la ría maliayesa que encantó a los conocedores y gustó aún más a quienes descubrían por primera vez el mundo de los pájaros. Y hubo suerte, porque el grupo tuvo la fortuna de avistar un ruiseñor pechiazul, una de las especies más difíciles de ver, aun con prismáticos o telescopio. «Es un momento especial porque es muy difícil de ver, tengo libros y guías de pájaros y por eso lo conozco, pero nunca lo había visto, aunque llevo toda la vida viendo pájaros. Y lo que sí que no sabía es que anidan en Somiedo», decía Francisco Luque, uno de los participantes. 

La celebración del Día de los Humedales empezó con una charla en el Centro de Interpretación de la Ría, en la que el ornitólogo y delegado en Asturias de SEO Birdlife, Nicolás López-Jiménez, alertó sobre las diferentes amenazas que sufren estos ecosistemas que «son de los más importantes y más frágiles». La contaminación, la alteración de los ecosistemas, la inacción de las administraciones, los proyectos industriales o el cambio climático, entre otros, están en el origen de la pérdida de humedales. Solo en España han desaparecido ya el 60% de estos espacios.

Una merma a la que no es ajena la ría de Villaviciosa, donde se ha detectado un descenso en el número de especies y del número de ejemplares. Según el censo del año pasado, hay 35 especies y algo más de mil individuos. «Hay un declive muy significativo en especies como el silbón europeo, el ánade rabudo norteño o el zarapito real, el emblema de la marisma maliayesa. «Esta especie era relativamente abundante antes, aunque dejó de reproducirse aquí a principios de los setenta del pasado siglo, ahora se ven muy pocos y son más pequeños», detalló López-Jiménez. También ha bajado el número de cormoranes reales. Por contra, el grupo más importante en la ría de Villaviciosa es la familia de las aves limícolas, que ha disminuido a causa de la contaminación de las aguas, lo que casi ha acabado con el marisqueo. 

Y arrancó la ruta. El grupo no tuvo que caminar mucho para encontrar los primeros ejemplares, unos patos que nadaban en familia, o una gallineta. «Es sorprendente, no pensaba que hubiese tantas especies», decía Alejandro Sánchez. 

Para avistar aves es clave, según López-Jiménez, hacer el menor ruido posible para no ahuyentar a los animales y no salirse del camino. El ornitólogo les enseñó a graduar los telescopios que deben estar en un trípode «muy estables» y les recomendó algunas guías para conocer las peculiaridades de cada especie y poder así diferenciarlas. «Si vas con alguien que sabe y te lo cuenta, es mucho mejor», valoró Lucía García, estudiante de Ingeniería Forestal en Mieres.

Tal fue el éxito de la ruta ornitológica que terminó alargándose más de lo esperado. Las preguntas bullían entre los participantes. López-Jiménez les daba todo tipo de detalles. Todo para conocer y apreciar la ría de Villaviciosa, que, junto con la del Eo, es la más importante de Asturias.