Las viviendas vacacionales suponen ya el 60% de las plazas turísticas de Villaviciosa, pero la falta de una normativa concisa hace que los trámites se extiendan durante meses para desesperación de los propietarios, que piden al Principado más implicación en un nicho que “tiene mucho potencial”.
“Se trata de una oportunidad de negocio para Asturias increíble. Hay miles de licencias totalmente desreguladas, sin ningún criterio de calidad y ninguna segmentación, pero el Principado pasa totalmente”, critica el profesional Pelayo Armero, quien considera que “existe una falta de criterio total”.
El maliayo se dedica desde hace años a decorar viviendas para dedicarlas al sector turístico y actualmente tiene en marcha la remodelación de Villa Misiego, por lo que conoce muy bien los pormenores de esta problemática. Por ejemplo, explica “te piden una cédula de habitabilidad, pero pueden tardar once meses en dártela y en Turismo tienen más de un millar de expedientes con retrasos”.
Para este profesional, la solución pasaría por crear una normativa concisa que regule este tipo de viviendas y por la puesta en marcha un sello de calidad. Además, propone promover una casa-escuela para que los propietarios puedan aprender y seguir unos estándares concretos. “Yo llevo muchos años y tengo experiencia, pero cualquiera que quiera ponerse ahora a gestionar una vivienda de este tipo no tiene por qué saber nada; y lo van a engañar en todos lados”, advierte.
La familia de Armero fue la primera propietaria de la Casona de Amandi y una de las promotoras de la creación de la marca Casonas Asturianas. Lamentablemente, “hoy el Principado tiene abandonada esa marca porque no funciona, y eso es porque han permitido que entre de todo. Han estropeado esa plataforma”.