Los vecinos de Fuentes piden legalizar la cesión de la casa rectoral para poder rehabilitarla

El colectivo usa el inmueble de sede desde hace casi cuarenta años, pero el deterioro del mismo hace imposible su uso: "Solo entramos una o dos veces al año"

Raúl Sariego y Anibal Vidal en el interior de la casa rectoral

Raúl Sariego y Anibal Vidal en el interior de la casa rectoral / Alicia García-Ovies

La vida vecinal de Fuentes está bajo mínimos. La asociación de San Salvador lleva desde hace más de una década sin una sede adecuada en la que poder desarrollar su labor y la directiva actual teme que de seguir así el colectivo acabe desapareciendo. El problema es que la casa rectoral, que el párroco local les cedió hace casi cuarenta años, necesita una reforma integral que ellos no puede ejecutar al no tener en su poder ningún documento que acredite la cesión.

“Hace casi cuarenta años, el párroco llegó a un acuerdo con los vecinos para que la casa rectoral se dedicase a disfrute del pueblo, aunque no se les entregó ningún tipo de documento”, recuerda el presidente, Raúl Sariego. Y así fue, el colectivo disfrutó durante del inmueble sin ningún tipo de percance hasta hace algo más de quince años, cuando durante un periodo de fuertes lluvias se produjeron filtraciones de agua al interior, provocando que la madera de la estructura comenzase a pudrirse.

El piso superior fue el primero en tener que cerrarse a la actividad ante el riesgo de que algún trozo de madera de la estructura se desprendiese. Poco a poco la situación fue a más. Las escaleras, el suelo y las paredes comenzaron también a deteriorarse, hasta el punto de que a día de hoy tan solo los miembros de la directiva pueden acceder al inmueble. “Solo entramos una o dos veces al año cuando hacemos la fiesta del cordero y porque necesitamos un espacio para poder guardar las cosas, pero solo usamos una sala de la planta baja”, indica Sariego.

Estado en que se encuentra la parte baja del inmueble

Estado en que se encuentra la parte baja del inmueble

La asociación no puede ni siquiera usar el espacio como almacén porque “cada dos meses vienen y nos destrozan la puerta. La última vez ya decidimos que no valía la pena ni volver a ponerla, total dentro no hay absolutamente nada. El mayor problema es que alguien se haga daño”.

La asociación ha trasladado esta circunstancia al Arzobispado, propietario del inmueble, en numerosas ocasiones. La última hace dos años con motivo de la asistencia de Jesús Sanz Montes al aniversario de los 1000 años de la iglesia de Fuentes. “Sin un documento que nos certifique como usuarios de la casa no podemos hacer ninguna obra”, lamenta el vicepresidente, Anibal Vidal. También el Ayuntamiento es conocer de esta situación. “Hablamos con el alcalde y metimos varios escritos por registro”, aseguran.

“Nosotros queremos mantener el inmueble; no queremos que caída porque es un símbolo del pueblo. Además, los vecinos están deseando que tengamos una sede en condiciones óptimas. Tener un local adecuado nos permitiría realizar muchas más actividades, porque ahora estamos muy condicionados, y la gente mayor volvería a tener un lugar donde reunirse y socializar”, afirman.