La guerra entre Sidra Mayador y el consejo regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Sidra de Asturias, tras la denuncia por una presunta irregularidad en el etiquetado de 40.000 litros de sidra achampanada, parece llegar a su fin. Ambas partes se encuentran actualmente dialogando para intentar llegar a un acuerdo sobre el etiquetado, a pesar de que, en primera instancia, el gerente de la empresa, Verísimo Busto, había anunciado su intención de reclamar ante los tribunales por el daño generado a su imagen tras el archivo judicial del caso. "Creo que es algo que no nos beneficia a ninguno. Hay un cambio de presidencia en la DOP y lo mejor para todos es intentar superar este tema", explica.

Busto considera necesario dejar atrás todo lo sucedido e intentar llegar a un acuerdo para "trabajar por el bien de este sector y que alcance el mayor reconocimiento a nivel internacional". "Está situación no beneficia a nadie y lo único que estamos consiguiendo es manchar la imagen de todo el trabajo que hemos hecho hasta el momento", señala el responsable de Mayador.

Los equipos legales del consejo y de la empresa están estudiando de forma conjunta las diferentes posibilidades, a fin de llegar a un consenso en el etiquetado que evite futuros problemas. "No vale la pena seguir removiendo todo esto", insiste Busto.

Ampliación

El empresario se encuentra, además, inmerso en un proceso de expansión. Sidra Mayador ampliará próximamente sus instalaciones con la construcción de una nueva nave de 8.000 metros cuadrados que destinará, principalmente, a almacenaje. La inversión inicial alcanza los 5 millones de euros, aunque no descartan tener que aumentarla si, finalmente, deciden ampliar también la producción.

La gerencia de la DOP alertaba el pasado mes de abril de presuntas irregularidades en las etiquetas de una sidra de Mayador que podrían llevar a confusión a los consumidores, lo que llevó a la Guardia Civil a intervenir a través del Seprona para paralizar una partida de 40.000 litros, iniciándose la instrucción de diligencias por presuntos delitos contra la propiedad industrial, estafa y derechos de los consumidores.

Finalmente, el juez dió la razón a la empresa, que siempre defendió la denominación comercial «Sidra Asturiana El Mayu», a la que corresponden las botellas inmovilizadas, porque «figura debida y legalmente registrada en la Oficina Española de Patentes y Marcas desde el 16 de julio del 2002». Es en la primera parte del enunciado de la marca, «sidra asturiana», donde la DOP advertía que se podría estar cometiendo un presunto fraude, porque, bajo sus parámetros, ninguna sidra fuera de la Denominación de Origen Protegida puede usar esa terminología.